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Las 20 preguntas a Abel Murillo Ramírez


"Naces siendo escritor, o con ese espíritu, y te haces escritor a medida que pasan los años, creas y mejoras con tus obras."

Abel Murillo Ramírez nace el 4 de octubre de 1979 en Madrid, primer hijo de una familia muy humilde. Su primer contacto con la fantasía lo tiene a la temprana edad de 6 años, con la famosa serie de dibujos animados Dragones y Mazmorras. Fue tal el impacto que causó en él que despertó su curiosidad por este género. Le siguieron series como Masters del Universo, películas como Willow y la primera trilogía de StarWars. La aventura de los Ewoks y su versión animada para la televisión. Fue en el instituto donde Abel descubre su faceta literaria, escribiendo con 13 años dos pequeñas novelas de misterio siguiendo la linea de El club de los Cinco o PAKTO Secreto, tituladas El Clan de Kid. Con 16 años escribe una obra personal e intimista basada en sus propias vivencias adolescentes, y que tituló FriendsForever: Crónica de una Juventud.
En esta época toma contacto con los juegos de rol, más concretamente con Dungeons&Dragons, y descubre el maravilloso mundo de Tolkien y El Señor de los Anillos. Aquella trilogía más el Hobbit definen más el estilo de Abel y marcan las pautas de lo que vendría años después. A estos libros le siguieron la trilogía de El Elfo Oscuro, Canción de Hielo y Fuego, Crónicas de la Dragonlance, La Historia interminable, Historias de Terramar... Y un largo sinfín de libros que le muestran lo que distintos estilos de escribir pueden hacer de un género como el fantástico.
Tras ver en la gran pantalla La Comunidad de Anillo, decide ponerse manos a la obra con lo que sería una trilogía personal, un universo donde todas aquellas referencias pudieran mezclarse para aportar un grano más en la inmensa arena que es lo épico fantástico. Corría el año 2001. Tras largos años dando forma a su nuevo mundo, dotando a los personajes de peso y transfondo e hilando muy fino un argumento cautivador, Abel comienza a escribir El Lobo Blanco, primer volumen de la saga El Legado de la Profecía, tras su vuelta de vacaciones de Asturias, lugar que le sirve de inspiración para redondear parajes y lugares.
En 2009 se une a su proyecto su prima e ilustradora Marta Ramírez, dando forma a toda aquella creación, siendo la autora de la portada.
En mayo de 2010 Abel publica en la editorial on line Bubok su obra debut: EL LEGADO DE LA PROFECÍA, EL LOBO BLANCO. El sueño de un barrendero de Alcorcón se hace por fín realidad.

Y ahora Las 20 preguntas

¿Cuándo comenzaste a escribir? ¿Qué fue lo que te introdujo el gusanillo de la escritura en las venas?
Pues hubo varias cosas que me empujaron a escribir. Lo primero las series de dibujos animados y películas que veía de pequeño que me transportaban a nuevos mundos. Más adelante la literatura fantástica. Me dije a mí mismo que algún día debería crear algo similar.

¿Tienes algún truco a la hora de escribir que quieras compartir con nuestros lectores?
Música, silencio e intimidad. Cuando te atasques, no continúes. Déjalo aparcado y despéjate, seguro que la inspiración vuelve pronto.

¿Qué te inspira?
Casi todo lo que me rodea. La música, otras obras, el cine, la televisión… Pero sobre todo viajar y ver nuevos parajes.

¿Te has enfrentado alguna vez a la página en blanco? ¿Qué hiciste para superarlo?
Como ya he comentado, procuro parar en seco. Salgo a correr, me pongo una película, doy un paseo… Cualquier cosa que me aleje lo suficiente para no viciarme con el texto y el problema en sí.

¿Qué es para ti escribir?
Una afición que me reporta mucha satisfacción personal y que me permite ofrecer aquello que mi mente crea.

¿Te basas en personas reales para construir tus personajes?
No siempre, pero de un modo u otro siempre te basas en algo real

¿Cuál es tu objetivo a la hora de escribir una historia?
Principalmente, disfrutar y divertirme con  lo que escribo. A la postre, que lo hagan otros cuando lo lean.

¿Prefieres escribir novela o relato?
Una novela. Tienes más posibilidades de desarrollar una historia y unos personajes potentes.

¿Qué es lo más difícil de escribir una novela o relato?
Hacer que todo encaje. Tener una idea y desarrollarla es relativamente sencillo, pero hacer que encaje y que acabe enganchando es lo más complicado.

¿Tienes algún tipo de manía al escribir?
Pongo el móvil en silencio y no permito que nadie me hable. Jajajajaja!

¿Escribes con papel y bolígrafo o con ordenador?
Las notas las tomo en papel y bolígrafo, de hecho tengo varios cuadernos llenos de guías, fichas, líneas argumentales e ideas... La novela en el oredenador, obviamente.

¿Lo tienes todo bien atado cuando comienzas a escribir una historia o prefieres ir improvisando sobre la marcha?
La base está creada, eso ayuda a que todo sea más fluido y directo. Puedes recrearte bien en una escena porque previamente ya la has creado. Igual pasa con los personajes, si les dotas de trasfondo y personalidad propia consigues que enganchen antes al lector. Pero muchas, a medida que escribes, se te ocurren giros e ideas para mejorar, de modo que soy flexible con la improvisación.

¿El escritor nace o se hace?
Supongo que un poco las dos cosas. Naces siendo escritor, o con ese espíritu, y te haces escritor a medida que pasan los años, creas y mejoras con tus obras.

¿Cuanto tiempo pasa desde que se te ocurre una historia hasta que terminas una novela?
En mi caso, el desarrollo de la idea, las tramas, creación del mundo y personajes, fueron seis años. La primera novela tarde alrededor de un año y medio en terminarla. La segunda un año.

¿Alguna vez has pensado en tirar la toalla? ¿Por qué decidiste no hacerlo?
No, nunca lo he pensado.

¿Crees que los autores noveles están "marginados" hoy día?
Creo que ese campo está muy estigmatizado. Los autores noveles, la autopublicación, los libros electrónicos frente al papel… Aún hay mucho camino que recorrer, pero afortunadamente, y gracias a las redes sociales, e-readers, herramientas y editoriales online, la cosa está cambiando. Ahora ya no es un editor el que decide si tu texto es bueno o malo. Ahora lo deciden los propios lectores.

¿Cual crees que es el mayor error de un escritor?
Pensar que si no tienes editorial no puedes llegar a ningún lado. Es un error muy común, sobre todo entre los noveles.

¿Piensas que hace falta publicar con un gran sello para que el lector disfrute con la lectura?
No. En absoluto.

¿Quién se esconde tras el autor?
Alguien lo suficientemente valiente como para escribir algo, ofrecérselo a los demás y soportar las críticas con estoicidad. Alguien que ofrece un pedazo de sí mismo para que los demás puedan distraerse y disfrutar.

¿Qué género/s te gusta escribir? ¿Por qué?
La fantasía. Me encanta la idea de poder construir algo, de darle forma desde su inicio hasta su final. Es como una construcción de Lego: la base ya está, pero las posibilidades son infinitas, y los límites los pone la imaginación de cada autor.

Podéis encontrar a Abel Murillo Ramírez:



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Ronda relampago en Los octaedriles


Nombre: Carlos Moreno Martín
Fecha de nacimiento: 2 de marzo de 1981
Lugar: Málaga
Nombre de tu Obra: Saga Quinox
Origen (cómo nació la idea en pocas líneas): Todo empezó con la idea de escribir una historia de superhéroes pero en formato relato. Hace unos años, escribí una primera versión de Quinox. Esta versión llego incluso a publicarse en la web Tierras de Acero y está disponible para todos. Luego, con la llegada de Amazon, la reescribí. Y la cambié tanto que no tiene nada que ver con la original.
¿Editada? (Si ha sido editada, indicar dónde (nombre de editorial)): Está autoeditada en formato electrónico para Amazon.
Una frase que defina tu obra: Son libros para desconectar de todo. Puro entretenimiento.
Tu personaje favorito (propio) y por qué: Tom Randall porque, además de ser un personaje carismático, condensa en sí mismo todos los sentimientos que una persona puede tener: odio, amor, lealtad, venganza…
Fuentes de inspiración: Cualquier película o libro que me mantenga en tensión.
Paisaje: Un bosque nevado.
Canción: In these arms, de Bon Jovi.
Libro: No tengo un libro favorito. Todos los que me gustan me aportan algo distinto.
Serie: 24 o Sobrenatural. Para mí, están al mismo nivel.
No habrías llegado tan lejos sin: Sin el apoyo de la gente que me rodea y la ilusión por intentar contar una buena historia.
¿Podemos encontrarte en? (Twitter y/o Facebook): Twitter y Facebook:Aunque Twitter lo tengo muy abandonado. Entono el mea culpa.
Un tweet: Me gustaría daros las gracias a todos los que me habéis apoyado, tanto en Facebook como en la “vida real”.

Podéis ver la versión original entrando aquí.
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Las 20 preguntas a Carlos Javier Eguren Hernández

"No es bueno esperar a la inspiración. Creo que no existe en realidad. Tienes que trabajar siempre, la Musa no suele venir porque sí."

Carlos Javier Eguren Hernández fue escupido desde la ficción a la realidad el 15 de agosto de 1991 en Santa Cruz de Tenerife (Canarias, España). Estudia periodismo, a la vez que sigue escribiendo.
Ha participado en las antologías: “Cuentos Solidarios. Líneas sin Sombra. 2011” (con “Adiós, amiga… (O cómo supe que los días de perro vagabundo se habían terminado)”, “Némesis: Sangre y acero” (“Mortimer Mortis Magister (Memorias de un mal mago malo)”, “I Antología de relatos de terror Alfonso Z” (“El cementerio que reía”)… 
Además, ha colaborado con las revistas Sin Nombre (artículos), Más Literatura (con “Caso terrícola contra el universo” y “El tiempo del predicador), Revista Minatura – ganadora del Premio Scifiworld- (“Rezo al dios del vapor y la miseria”), Axxón (“Historia Universal. Hoy, la pequeña asesina de estrellas”), Ultratumba (“La hija del diablo”), Ánima Barda (segunda parte de su “Cadáver pseudo exquisito” y “Arena, sangre y vapor. Una aventura de Maverick la Mil Veces Maldita”).
También ha estado en las webs de fan fic Amazing Fiction (con la línea Ultimate de Escuadrón Supremo), Action Tales (con Blade, Saw y un What if…? Sobre Hulk) y Marveltopia (con el anual de la serie “Superhumanos”).
Ahora, espera la publicación de su primera novela.


Y ahora... Las 20 preguntas

¿Cuándo comenzaste a escribir? ¿Qué fue lo que te introdujo el gusanillo de la escritura en las venas?
Comencé a escribir con los cuentos que nos mandaban a hacer en la escuela. Tuve la suerte de tener una maestra que fomentaba que escribiéramos relatos. Tendría menos de diez años.
Después vi “Star Wars” y leí “Harry Potter” y “El Señor de los Anillos”. Esas obras fueron las que me hicieron querer escribir y ese gusanillo, hasta ahora, me ha durado.

¿Tienes algún truco a la hora de escribir que quieras compartir con nuestros lectores?
El truco principal es, más bien, un consejo: leer mucho, es lo que te da herramientas para tratar tus historias.
Escribir una historia que te motive lo suficiente para no abandonarla, pensar en ella de forma constante, corregir, releer, buscar los diálogos naturales interpretándolos… No son grandes trucos, pero a mí me funcionan.

¿Qué te inspira?
Tergiversar frases, buscar ideas, fijarme en la gente que me rodea, ver películas, leer libros… Aunque no es bueno esperar a la inspiración. Creo que no existe en realidad. Tienes que trabajar siempre, la Musa no suele venir porque sí.

¿Te has enfrentado alguna vez a la página en blanco? ¿Qué hiciste para superarlo?
Sí, siempre es lo que haces antes de empezar a escribir. Mi consejo es pensar mucho y luego empezar a teclear. Me suele funcionar. Los bloqueos se rompen con trabajo.

¿Qué es para ti escribir?
Mi vida, por cursi que suene. No la entiendo sin tener una historia que contar. Creo que no he pasado un día sin escribir desde hace mucho tiempo.

¿Te basas en personas reales para construir tus personajes?
Intento que no, porque no siento que esté creando y sí estoy “vejando” la imagen de alguien que conozco. No obstante, a la hora de escribir hay muchas cosas que te influyen, la forma de mirar o de hablar de alguien, por ejemplo.

¿Cuál es tu objetivo a la hora de escribir una historia?
Contar una buena historia que cambie al lector, que le aterrorice, fascine, divierta… Es decir, que tu arte consiga conmover. De lo contrario, para mí no sirve.

¿Prefieres escribir novela o relato?
Depende de la historia que quiera contar. Son dos géneros excelentes. También incluiría el teatro. La poesía me parece buena, pero soy incapaz de escribirla (y de leer la que es demasiado simbólica o rebuscada).

¿Qué es lo más difícil de escribir una novela?
La constancia. Intentar no dejarte llevar por la idea que se te cruce en ese momento o cansarte de tus historias. Lo importante es eso: no detenerte. Gracias a ello, logras terminar, corregir y me atrevo a decir que publicar tu novela.

¿Tienes algún tipo de manía al escribir?
Suelo escribir con música, porque me ayuda a imaginar escenas o transcribir tiempos. También suelo escribir de noche, pero no tanto por placer, sino porque es cuando puedo.

¿Escribes con papel y bolígrafo o con ordenador?
Escribo con ordenador, a veces con bolígrafo si tengo que estudiar y no quiero encender el PC.

¿Lo tienes todo bien atado cuando comienzas a escribir una historia o prefieres ir improvisando sobre la marcha?
Estructuro mi historia alrededor un esquema, pero luego, a medida que voy escribiendo, amplío o cambio cosas. No es bueno tener todo demasiado marcado y forzar la historia ni tampoco ir con el rollo bohemio de escribir lo que se te ocurra, sin pensarlo. Al menos, a mí no me funciona. 
Necesito que mis personajes vivan y decidan por ellos. Suele pasar, aunque puede sonar raro para alguien que no escribe.

¿El escritor nace o se hace?
No lo sé. Yo creo que me hice con ocho o nueve años y tengo veinte, creo que he sido más tiempo escritor que otra cosa, así que ¿quién sabe?

¿Cuánto tiempo pasa desde que se te ocurre una historia hasta que terminas una novela?
Depende de la novela. En la última, creo que tardé unos seis meses. Escribo rápido, pero me detengo a releer, corregir y pasárselo a mi lectora de pruebas.
Por el camino, se me cruzan otras historias que deseo escribir y que aún no he escrito y esperan serlo. Por tanto, no es algo que pueda aplicar como una ciencia exacta en cuanto a mi trabajo.

¿Alguna vez has pensado en tirar la toalla? ¿Por qué decidiste no hacerlo?
No, no mucho al menos. Siempre tenemos un día en que pensamos que todo lo que escribimos o hacemos es una basura, pero creo que tenemos que seguir adelante. El acto de escribir debe ser un disfrute, nunca un sufrimiento. Si es lo contrario, sé sensato y deja de escribir. Huimos de lo que nos hace sufrir, seguimos lo que nos hace feliz.
Si he seguido escribiendo durante tanto tiempo es porque me gusta. Quizás, nací para esto. No he abandonado por eso y porque me sería muy complicado pensar en cómo seguir mi vida si no escribo, es decir ¿qué haría por las noches? ¿Qué iría pensando mientras voy por la calle? ¿Cómo divagaría?

¿Crees que los autores noveles están “marginados” hoy día?
Todo el mundo ha sido novel. Todos han tenido que partirse la cabeza para que les publiquen. Bueno, creo que todos, puede que haya alguna excepción (lo que me parecía de lo más odiable).
Creo que antes todo dependía de la editorial de turno, ahora Internet abre un nuevo camino.
Estamos en un momento de crisis, pero la crisis no es sólo económica, sino de modelos estructurales y de ideas. Pero “crisis”, para mí, significa “oportunidad”.
Gracias a la red de redes podemos publicar en las diversas revistas digitales, web de fan fic, antologías… Que han ido proliferando con el auge de Internet.

¿Cuál crees que es el mayor error de un escritor?
La falta de humildad y la pereza. Si somos más humildes, siempre podremos aprender de las críticas o lo que leamos, a la vez que no nos endiosamos pensando que somos mejores que los demás por ser escritores. En cuanto a la pereza, conozco a muchos escritores que dicen serlo, pero no escriben. Creo que ser vago es el mayor enemigo de cualquier profesión, debemos luchar siempre contra la desidia.

¿Piensas que hace falta publicar con un gran sello para que el lector disfrute con la lectura?
El lector puede disfrutar con cualquier historia que le guste, aparezca donde aparezca, porque no todo lo editado por una editorial o un blog (o lo que sea) es genial y disfrutable.

¿Quién se esconde tras el autor?
No sé, si está escondido no creo que podamos encontrarlo (si no, no estaría escondido. ¿No?).

¿Qué genero/s te gusta escribir? ¿Por qué?
Me gusta contar historias, no me importa tanto el género (a veces, ni sé cuál es el género que estoy contando). Eso sí, voy a decir algo simple: empecé con la fantasía y la ciencia-ficción. Siento predilección por la fantasía, pero si hay que contar una historia más realista, se cuenta. Todo sea por el arte y por el disfrute que pueda causar en el lector y en el autor.

Muchas gracias por esta oportunidad. Un saludo. 

Podéis encontrar a Carlos Javier Eguren en:

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Reseña: Blanco y negro, de Fernando Trujillo



PUBLICADO EN AMAZON BAJO EL NOMBRE DE "EL SECRETO DE TEDD Y TODD"

El mundo editorial está cambiando. El papel, poco a poco, va dejando paso al formato electrónico. Algunos dicen que ese será el final de la literatura, como decían con el mp3 y la música. También se comenta que, al poder editar cualquiera su novela, la calidad bajará. Pero después de leer Blanco y negro, de Fernando Trujillo, no puedo si no rebatir esa teoría. Blanco y negro es una novela publicada por su propio autor en Amazon, en formato electrónico. Pero eso no mengua para nada la calidad literaria de este autor, que ya me enganchó con Juego de alas y lo ha vuelto a hacer con esta historia. 

Ambientada en Londres, Blanco y negro, narra la historia de Aidan Zack, un policía atormentado por la muerte de su mujer cinco años atrás. La vida de Zack dará un giro cuando le encarguen la tarea de interrogar a un hombre que, milagrosamente, ha sobrevivido a un choque entre un autobús y un camión cisterna, en el que han muerto treinta personas. Al mismo tiempo, por toda la ciudad, se dan extraños asesinatos, realizados con espadas, lanzas y todo tipo de armas medievales.
De esta manera comienza Blanco y negro, una novela que te va atrapando conforme vas pasando las páginas (o pulsando el botón, ya que solo puede conseguirse en formato electrónico, por medio de Amazon). Está plagada de carismáticos personajes, desde el propio Aidan Zack, pasando por su divertido compañero, Lance Norwood y la impagable pareja que, para mí, son los reyes de esta novela, Tedd y Todd.
Se lee a una velocidad endiablada. Como ya pude comprobar en Juego de alas, Trujillo no se entretiene en grandes descripciones, dando sólo los datos que considera necesarios, y centrándose, sobre todo, en la acción. Leer Blanco y negro es como estar viendo una película. 
Blanco y Negro es una novela policíaca pero con un trasfondo sobrenatural que la hace algo especial. Por medio de pistas y estupendas escenas de acción, vamos ahondando en el pasado de Aidan Zack y en los sucesos extraños que pueblan la ciudad de Londres. Hombres matándose entre sí con armas medievales, el Big Ben, que parece estar roto…
A medida que avanza la historia, comencé a elaborar mis propias teorías. Y eso es algo que me gustó mucho de Blanco y negro. La historia no termina cuando dejas el ebook aparcado en la mesa. Trujillo te da las pistas necesarias para que tú mismo intentes averiguar qué demonios está pasando y vas avanzando en la investigación al mismo tiempo que Aidan Zack. Todo ello te lleva a un final tal esclarecedor y lógico, que no puedes evitar preguntarte: ¿cómo no lo había visto antes?
Por todo ello, Blanco y negro me parece una novela que no debe tomarse a la ligera. Está autopublicada en Amazon, pero merecería ser publicada por una editorial convencional por su calidad.

Podéis leer la versión original en Fantasymundo, aquí.

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Las 20 preguntas a Inés D. Arriero


"Hay quien nace ya con la pasión de la escritura pero creo que, de todos modos, para convertirse en escritor hay que practicar muchísimo."

Inés D. Arriero (Madrid, 1987). Se licenció en Periodismo por la UCM en 2010. Durante dos años estuvo colaborando como redactora de la sección Cultura Joven de la revista La Huella Digital.
En 2006 escribió su primera novela ‘La fábrica de alfombras’ de temática infantil y que se puede adquirir sólo a través de la web de la autora. Su segunda novela ‘El jardín de atrás’ (Editorial Círculo Rojo, 2011) ha recibido muy buenas críticas a través de la red. Ha sido incluida en ‘Libros 2011: La mejor literatura infantil y juvenil’ (Troa, 2011). ‘¡Desaparece!’, su tercera novela, combina amor, celos y misterio en un ambiente juvenil. Su publicación está prevista para mayo de 2012. A día de hoy, compagina las tareas literarias con la búsqueda de trabajo mientras estudia un Máster de Edición Digital por la UAH.


Y ahora... Las 20 preguntas

¿Cuándo comenzaste a escribir? ¿Qué fue lo que te introdujo el gusanillo de la escritura en las venas?
Creo que escribo desde siempre. Cuando era pequeña siempre he tenido diarios y escribía cartas de miles de páginas a mi prima (a la que veía casi todas las semanas). Desde siempre me ha gustado mucho escribir. El gusanillo supongo que me vino de la lectura, siempre he leído muchísimo.

¿Tienes algún truco a la hora de escribir que quieras compartir con nuestros lectores?
Truco, creo que ninguno. El único realmente es saber que estás haciendo lo que te gusta y disfrutar de ello.


¿Qué te inspira?

Todo. La inspiración me puede venir de una persona desconocida que veo en la calle, de una canción, de algo que he vivido o que he visto, de algo que alguien de mi alrededor ha vivido, o venirme sin más, sin explicación aparente.

¿Te has enfrentado alguna vez a la página en blanco? ¿Qué hiciste para superarlo?
De momento, afortunadamente, no. Es más, casi siempre tengo varias historias empezadas, así que si me “canso” de una, simplemente me pongo con otra y listo. Aunque sinceramente sólo lo he hecho un par de veces. Esperemos seguir así.

¿Qué es para ti escribir?
Es lo que más me gusta hacer en la vida. Creo que no podría vivir sin escribir.

¿Te basas en personas reales para construir tus personajes?
Depende. En principio todos los personajes son inventados aunque sí que es cierto que algunos llevan cosas de gente que conozco o de algún famoso, por ejemplo.

¿Cuál es tu objetivo a la hora de escribir una historia?
Que guste, que la gente pueda disfrutar leyéndola. Y, por supuesto, también disfrutar yo mientras la creo.

¿Prefieres escribir novela o relato?
He escrito ambas cosas, pero me quedo con la novela. Me gusta más tener un espacio un poco más largo para poder desarrollar mejor las cosas. 

¿Qué es lo más difícil de escribir una novela o relato?
Para mí, lo más complicado son los personajes. No me gusta demasiado enrollarme en descripciones pero después siempre me queda la duda de si los lectores podrán conocerles bien con lo que digo de ellos.
Los relatos me parecen un reto. No es nada fácil contar algo en un espacio tan pequeño.

¿Tienes algún tipo de manía al escribir?
Necesito silencio. Que nadie me hable, que no se escuche música… vamos, silencio completo. Y si estoy sola en casa mucho mejor. También tengo que tener el documento de Word configurado con fuente Calibri, tamaño 11. Si no, soy incapaz de escribir nada.

¿Escribes con papel y bolígrafo o con ordenador?
Generalmente escribo en el ordenador siempre. Sólo uso el boli y el papel para hacerme los esquemas de los capítulos y los personajes. Además, llevo una libreta siempre en el bolso para poder apuntar si se me ocurre algo y no estoy en casa.

¿Lo tienes todo bien atado cuando comienzas a escribir una historia o prefieres ir improvisando sobre la marcha?
Cuando me pongo en serio con una historia suelo hacer primero un esquema con qué va a pasar en cada capítulo. Obviamente, después cambio cosas sobre la marcha.

¿El escritor nace o se hace?
Supongo que las dos cosas. Hay quien nace ya con la pasión de la escritura pero creo que, de todos modos, para convertirse en escritor hay que practicar muchísimo. Como con cualquier cosa, cuanto más prácticas, mejor lo harás.


¿Cuánto tiempo pasa desde que se te ocurre una historia hasta que terminas una novela?

Depende. Como ya he dicho suelo tener varias historias “empezadas” porque se me van ocurriendo cosas espontáneamente y las voy apuntando. Pero desde que me pongo en serio con una, suelo tardar más o menos un año entre que la escribo y la corrijo. 

¿Alguna vez has pensado en tirar la toalla? ¿Por qué decidiste no hacerlo?
Sí, más de una vez, pero al final siempre sigo adelante porque escribir es lo que más me gusta en la vida. Si dejo de poder publicar, seguiré escribiendo para mí y para la gente de mi alrededor. Lo necesito. 

¿Crees que los autores noveles están "marginados" hoy día?
Creo que es muy difícil para los autores noveles hacerse un hueco en el mercado. Tanto las editoriales como las librerías están saturadas y resulta muy complicado acceder. 
Sin embargo, por parte de los lectores no creo que exista ningún tipo de marginación. Creo que cada vez hay menos reparo a la hora de coger un libro de un autor que no es conocido.

¿Cual crees que es el mayor error de un escritor?
Supongo que cada autor comete sus propios errores. Uno que he visto últimamente en algunos escritores y que me “molesta” especialmente es el de no cuidar el texto, no leerlo al terminar y no corregirlo. Creo que una vez que has contado la historia tienes que mimarla un poco. Una novela, por muy buena que sea, si está llena de faltas de ortografía se convierte en una chapuza.

¿Piensas que hace falta publicar con un gran sello para que el lector disfrute con la lectura?
El sello editorial es muy importante en cuanto a distribución, ya que así es mucho más sencillo llegar a todas partes. Pero no creo que tenga nada que ver con la calidad del libro. He leído novelas de autores autopublicados que me han parecido una maravilla y he leído best sellers que no me han gustado nada. 

¿Quién se esconde tras el autor?
Una persona normal con muchas ganas de hacer disfrutar a otras personas con las historias que tiene que contar.

¿Qué género/s te gusta escribir? ¿Por qué?
Lo que más me gusta escribir es novela juvenil que, además, es también lo que más me gusta leer.
También escribo cuentos infantiles de vez en cuando.

Podéis encontrar a Inés D. Arriero en:
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Entrevista en El café de Ares

Esta entrevista fue hace unos meses, pero en el proceso de reestructuración de La guarida de las palabras, he decidido incluirla. Aquí la tenéis.

Si queréis leer la versión original, entrad aquí.


Nueva entrega del Café de Ares, en esta ocasión disfrutaremos charlando con Carlos Moreno Martín, el autor de la saga Quinox,
ya disfrutamos con las dos primeras entregas de su saga y esperamos ansiosos la tercera parte, mientras tanto lo conoceremos un poco más con una entrevista en la que nos responde con amplitud a las cuestiones que le formulamos..

Conozcamos un poco más al autor malagueño:

¿A qué edad comenzaste a escribir? ¿Cómo descubriste ese talento?
Pues empecé desde bien pequeño, con siete u ocho años, quizás. Tenía una estantería repleta de libros que me encantaban. Recuerdo que estaba Momo, La historia interminable, un libro de cuentos que desapareció misteriosamente… El caso es que esos libros se me acabaron, los leía todos a una velocidad endiablada. Así que, mientras encontraba otro libro que me llenara, decidí escribírmelos yo mismo. Para mí, en aquellos momentos, narrar una historia era lo mismo que leerla. Y disfrutaba mucho.
Años después comencé a escribir más en serio con la intención de enseñárselo al mundo y publicar.

¿Cuál es el mensaje que quieres transmitir con tus libros?
Siempre he pensado que yo no soy quien para enseñar nada a nadie. Mis libros no intentan aleccionar nada, aunque es evidente que siempre queda un poco de mi forma de pensar en ellos. Lo único que persigo es que el lector se entretenga y se divierta leyendo mi novela, que le enganche y la disfrute. Si consigo que, mientras lee, olvide sus problemas y las cosas menos amables de la vida, mi objetivo estará cumplido.

Últimamente están muy de moda los ebook o libros electrónicos, ya que son más baratos, ocupan menos, etc... ¿Cuál es tu opinión sobre ellos?
Creo que el libro electrónico es el paso lógico en el mundo de la literatura. Pasó con la música y el mp3; y también con las películas y el avi. Tarde o temprano tenía que llegarle el turno a los libros. Y, la verdad, es que es un invento formidable. Yo tengo un Ebook y realmente es maravilloso poder leer en él y tener guardados diez, quince o cien libros, sin necesidad de tenerlos en una estantería. Aunque el libro en papel, tiene su aspecto romántico, estoy seguro de que el ebook es el futuro.
Y respecto a cómo afecta a los escritores ¿qué te voy a decir yo que lo único que he publicado es en electrónico? El ebook nos da la posibilidad de llegar al público sin necesidad de pasar por una editorial, que muchas veces rechaza por el simple hecho de que no eres un autor reconocido y no porque la obra sea mala. También da la posibilidad, al que se autoedite en libro electrónico, de tener control total sobre su obra. Y eso es un aliciente.

A veces pasa que por extensión, por falta de acontecimientos o cualquier otra cosa que los libros se vuelven un tanto farragosos, ¿cómo haces para evitarlo?
Una de mis reglas al escribir es que cada escena sirva de algo. Aunque sea para mostrar algo sobre el personaje en concreto o para que avance la historia, pero todas tienen que aportar su granito de arena. De esa manera consigo que la historia sea ágil y entretenida, o al menos lo intento. Cada capítulo que escribo acaba de manera que hace que la historia crezca un poco más.
Odio escribir algo y sentir que si quito esa escena, la historia no se vería afectada. Por eso en ninguno de mis libros tengo escenas eliminadas ni nada por el estilo. Todo lo que escribo entra en el borrador final. A veces, añado algo, pero nunca quito.

¿Cómo ves el panorama de la literatura actual? ¿Cuesta mucho hacerse oír, hace falta mucho respaldo editorial o si la obra es buena, saldrá adelante sea como sea?
La literatura hoy día la siento extraña. En el sentido de que hay grandísimos escritores, muy buenos, invadiendo la red, pero pocos son los que logran publicar. Las editoriales se limitan a ir a lo seguro, sin darse cuenta de que tienen auténticos diamantes en bruto a su alrededor.
Lo bueno es que internet nos permite leer a esos escritores, ya sea en blogs o en ebooks de pago. Pero por desgracia, hoy en día, sí es necesario el respaldo de una editorial para que la novela tenga éxito de verdad. Una novela autopublicada en Amazon, por ejemplo, no conseguirá tener el prestigio suficiente para codearse con los grandes. Los tiempos están cambiando, por supuesto, y eso cambiará también, seguro. Pero no hoy ni mañana.

¿Nos gustaría saber también tus gustos musicales y cinematográficos? Nosotros tenemos secciones de ambas artes.
Cualquiera que haya hablado conmigo más de veinte minutos seguidos por Facebook sabe que me encanta el rock. Sobre todo el de los ochenta. Grupos como Bon Jovi, Aerosmith, Mr. Big, Whitesnake, Scorpions… son los que siempre amenizan mis viajes en autobús, sonando en el mp3. Aunque tampoco le hago ascos al pop o las bandas sonoras de películas, que también me gustan mucho.
Y respecto al cine, pues me gusta el que casi todo el mundo critica. Las superproducciones o blockbusters. Para mí, ver una película con mucho ruido, explosiones, tsunamis enormes inundando Nueva York, es lo mejor. No me importa que el argumento sea flojo. Yo sé lo que voy a ver y cuál es el objetivo de esa película que no es, precisamente, ganar un Oscar al mejor guión. Normalmente huyo de los dramas. Yo voy al cine y pago los siete u ocho euros que cuesta para pasarlo bien, no para llorar. Ya lo hice con Titanic y aprendí la lección.

De los escritores jóvenes que habéis irrumpido en el mundo literario ¿Cuales son tus preferidos?
Pfff. Para contestar a esa pregunta necesitaría un blog entero para mí. Hay muchos, publicados o no, que me encantan. De los publicados, me gusta mucho Daniel Estorach, con Hoy me ha pasado algo muy bestia, una novela que devoré en un par de días. Y también, Fernando Trujillo, compañero que publica como yo por Amazon. Sus novelas son adictivas hasta el punto de quedarme leyéndolas hasta las cinco de la mañana (un capítulo más, solo uno más y me acuesto). Y Oscura Forastera, que acaba de publicar su libro, y que también escribe genial. Y también Susana Eevee y su Dos coronas….
Y de los no publicados, me quedo con Irene Comendador, que me hace pasar muy buenos ratos en su blog; con Jonathan González Deniz, con Marcos DK… Cómo te dije arriba podría tirarme horas diciéndote nombres. Todos ellos, además de grandes escritores son buenos amigos que me han apoyado mucho.

¿Cuándo escribes tu libro, haces antes un guión o directamente te dejas llevar por la historia?
Hago un guión, siempre. Pero al final no sirve de mucho, porque me lo salto a la torera. El problema es que cuando te metes en una historia los personajes cobran vida y acaban haciendo algo que no deberían hacer, pero no puedes negarte. Así que toca rehacer el guión e intentar cuadrarlo todo lo mejor posible. Pero eso es bueno. Siempre he pensado que cuando el personaje se salta el guión de su vida, es que la novela está viva, que respira por sí misma, y eso hacer que el lector la disfrute mucho más.

Nos gustaría saber qué piensas de los blogs literarios y si crees que ¿deberíamos hacer más en la difusión de las obras que escribís?
Yo creo que todos hacéis un trabajo estupendo. Los blogs literarios, como el tuyo y otro montón enorme que hay por la red, sois la empresa de marketing del futuro. Sois vosotros los que ensalzáis una novela y la dais a conocer. Si tuviéramos que dejar ese  trabajo a la mayoría de las editoriales, nadie leería nada de nadie, porque ni siquiera se sabría que se ha editado un libro. Por eso pienso que sois esenciales y que, sin vosotros, muchos escritores nuevos que ahora son muy conocidos, nunca hubieran conocido el éxito.

Sin desvelar mucho dinos algo de tu libro, temática, etc
La Saga Quinox es algo que me llevaba dando vueltas en la cabeza desde hace mucho tiempo. Pretende ser una historia de superhéroes, pero tiene muchos ingredientes de novela negra, suspense y aventura. La idea es escribir una serie indefinida de novelas cortas, más o menos independientes, pero que sigan un mismo hilo argumental. Me gusta compararla con las series de televisión, pues ese es el enfoque que quería darle. Cada novela contará una historia distinta, pero al mismo tiempo, avanzará un poco en la trama.
Además, también la he dividido por temporadas, aunque yo prefiero llamarlas Volúmenes. El Volumen 1 está compuesto por Exilio, Las piedras de la decadencia y Eternos, la cual estoy escribiendo en estos momentos, y contará el origen de los poderes del protagonista, Tom Randall, y su camino para convertirse en Quinox. Además, servirá también de base a la mitología que influirá notoriamente en los siguientes Volúmenes. El Volumen 2 será una historia completamente distinta, en la que intervendrán los mismos personajes acompañados de nuevos superhéroes. En un futuro, tal vez incluso me anime a escribir Spin offs de alguno de esos superhéroes. Eso me gustaría mucho.

¿Tienes algún proyecto literario en mente para después de tu libro?
Pues aparte de seguir con las aventuras de Quinox, hay muchas novelas que me gustaría escribir. Una de ellas, la cual escribo al mismo tiempo que la Saga Quinox, es una historia de fantasía épica que lleva dando vueltas en mi cajón casi diez años. La he escrito y reescrito montones de veces, y espero poder terminarla pronto. Además también me gustaría escribir una novela de aventuras al más puro estilo Indiana Jones e incluso una romántica, de la que por cierto, hay un pequeño fragmento pululando por internet.

Nota de Carlos:
Muchas gracias, Miguel, por esta entrevista. He disfrutado mucho contestándola y espero que los lectores disfruten también leyéndola.
Un abrazo.
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Crónicas perdidas. Fuego


Las agujas salieron de su piel por fin. El sujeto abrió los ojos y un potente foco que había colgado en el techo le deslumbró. A su alrededor dos figuras se movían de un lado a otro, discutiendo y gesticulando con las manos.
—¿Cómo está? —preguntó una voz.
—Aún es pronto para saberlo —respondió otra, temblorosa—. Llevamos demasiado tiempo abusando de su cuerpo. No sé cómo reaccionará.
—Quinox está desatando el caos en la ciudad —replicó la primera—. Tenemos que hacer algo para detenerlo.
Quinox… El sujeto intentó hacer memoria. Le sonaba aquél nombre, igual que le sonaban las voces que escuchaba. Pero ¿Quiénes eran? ¿Quién era él? Volvió a cerrar los ojos cuando percibió que alguien se acercaba. Unas manos le palparon en el cuello y el pecho.
—Su ritmo es normal, señor —anunció de nuevo la voz temblorosa—. Tal vez debamos esperar.
—El ángel oscuro no espera.
El ángel oscuro… Aquellas palabras fueron como un interruptor en su mente. De repente lo recordó todo. Conversaciones mantenidas en su presencia. Aunque las personas que hablaban no sabían que él podía oír. Palabras que hablaban de un nuevo justiciero en la ciudad. Quinox, el ángel oscuro.
—Ayer mató a un hombre —continuaba la voz—. Y la semana pasada a un grupo de cinco.
—Se le olvida mencionar que esos hombres eran criminales, señor Turner —le recordó Andrews—. Un violador y cinco jefes de la mafia.
—Aún así, son personas. Ningún mequetrefe con alas y gabardina negra debe tomarse la justicia por su mano. Y mucho menos ocultándose bajo una capucha. Si la policía no puede hacer nada, debo hacerlo yo. Se lo debo a mi mujer.
El sujeto nunca había visto al tal Quinox pero al escuchar su nombre sintió que una oleada de odio hacia él crecía por su cuerpo. Emitió un gemido lleno de ira. Sin saber por qué deseaba levantarse de la camilla en la que estaba postrado y arrancarle las alas a ese justiciero.
Inmediatamente dos cabezas aparecieron en su campo de visión, tapando la tremenda luz de la lámpara que le deslumbraba.
—¡Está despierto! —exclamó un hombre regordete y sudoroso que el sujeto reconoció como Andrews.
—¿Funciona? —pregunto el otro. Turner, recordó el sujeto. Jake Turner.
—Parece que sí —confirmó el otro.
El sujeto movió un brazo y comprobó que lo tenía atado a la camilla por medio de unas correas. Su corazón se aceleró y su cuerpo empezó a sacudirse. Deseaba liberarse y salir de allí. Matar a Quinox. Ese era su único objetivo.
De repente, un pinchazo en su antebrazo le dijo que le estaban inyectando algo. El sujeto volvió a gritar y a retorcerse. Las correas de cuero se estiraron bajo la tremenda fuerza de la que hacía gala. Y se hubieran roto si el sujeto no hubiera empezado a notar que aquella fuerza le abandonaba. Su visión se nubló y el ritmo de su corazón descendió a niveles más bajos de los normales.
Antes de perder el conocimiento, la voz de Jake Turner le arrulló como si fuera el sonido de una cascada.
—Tranquilo, Jeremy. Pronto podrás matar al ángel oscuro.

Cuando volvió a despertar ya no estaba en la camilla. Su cuerpo descansaba sobre una cómoda cama de suaves sabanas. El sujeto al que Turner había llamado Jeremy se incorporó y observó la habitación. No había nada. Ni ventanas, ni muebles. Extendió una mano para acariciar la pared. No era de cemento, ni de ladrillo. Era de metal.
¿Dónde estoy?, se preguntó. ¿Quién soy?
Cuando se levantó de la cama el mundo comenzó a dar vueltas a su alrededor. Jeremy se apoyó en la pared para no caer hasta que el mareo remitió. No recordaba nada, excepto lo que había podido captar de la última conversación, cuando estaba atado a la camilla. Sin saber por qué, sintió una extraña congoja en el estomago al darse cuenta de que no sabía quién era.
—¡Hola! —gritó—. ¿Hay alguien ahí?
De repente, las paredes cobraron vida. En ellas comenzaron a reflejarse imágenes. Imágenes que le hicieron bullir la sangre, sin saber por qué razón. En ellas se veía a una figura de negras alas surcando los cielos. En otras, la misma silueta rescataba a un niño de caer de un edificio. Todas las imágenes que se veían eran de escenas heroicas. Pero por alguna razón, sintió deseos de estrangular a aquél individuo.
Un calor asfixiante subió por su espina dorsal. Jeremy hinchó las narices, presa del odio. Gritó, desgarró su garganta en un alarido de ira que resonó entre las paredes de metal de la habitación. Y entonces sucedió.
Sorprendido y asustado a la vez vio como sus dos manos explotaban y se convertían en dos antorchas de fuego. Jeremy se lanzó al suelo con la intención de apagarlo rodando por el suelo. Pero fue inútil. Las llamas se extendieron por todo su cuerpo hasta cubrirle por completo. El hombre se agitó presa del terror.
Hasta que se dio cuenta que no sentía dolor. Sus manos, sus piernas y su rostro estaban cubiertos de fuego pero a él no le quemaba. Por alguna razón era inmune a las llamas.
Una puerta que no había visto hasta ese momento se abrió para dar paso a un hombre.
—Veo que ya conoces tus poderes, Jeremy —dijo Jake Turner.
Jeremy tuvo la tentación de atacarle, pero era consciente de que si alguien tenía las respuestas que él tanto ansiaba, era Turner.
—¿Quién soy? —preguntó, alzando la voz para hacerse oír sobre el crepitar del fuego.
—Eres miembro del Equipo Caos. Tu nombre es Fuego. Puedes dejar de arder cuando quieras —añadió Jake—. Solo tienes que desearlo.
Jeremy hizo lo que le decían y, para su sorpresa, las llamas desaparecieron por completo. Se observó las manos esperando encontrar llagas o ampollas,  pero su piel estaba perfectamente.
Maravillado, volvió a mirar al otro hombre.
—¿Quién fui? —preguntó esta vez.
—Tu pasado ya no importa, Fuego. Digamos que estabas dónde no debías cuando menos debías. Ahora lo único importante es tu futuro y tu misión.
—¿Qué misión es esa?
—Algo que deseas con todo tu corazón. Acabar con Quinox, el ángel oscuro.
Fuego sintió que su sangre hervía de nuevo al escuchar aquél nombre. No lo entendía. No sabía quién era ese Quinox, ni por qué le odiaba tanto. Lo único que sabía era que deseaba despedazarlo. Sin embargo, poco le importaba.
—¿Cuándo podré hacerlo? —preguntó impaciente.
—Dentro de poco, Fuego. Dentro de poco podrás destruirle.

Puedes saber más y adquirir todas las entregas del Universo Quinox en El rincón de Carlos Moreno.
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Avance de Cazadores del Inframundo. El Templo de Salomón


Sara Brademberg pasó un trapo húmedo por la barra de madera de la cafetería en la que trabajaba. El local debería haberse vaciado ya, pero el partido de futbol que enfrentaba a dos de los equipos más importantes de la liga había retrasado la tranquilidad que tanto deseaba.
Con un suspiro, llenó y sirvió una nueva jarra de cerveza para servírselo a un hombre que nada más cogerla pegó un bote para lamentarse porque un jugador había fallado. Los clientes gritaban, exaltados por las cuestionables decisiones del árbitro, y Sara maldijo a su jefe por haberla dejado sola precisamente ese día. La muchacha estaba segura de que, en aquel preciso instante, estaba cómodamente sentado en el sillón de su casa.
Al fin, los tres pitidos pusieron punto y final a la contienda y la gente comenzó a marcharse. Sara se apresuró a atravesar el local, pisando cascaras de pipas y servilletas de papel en su camino, para cerrar con llave la puerta. Una vez hecho, se apoyó en ella y observó el lugar. Ahora tendría que recogerlo todo. Sola, por supuesto.
Pero antes se tomaría un merecido descanso. Arrastrando los pies, se acercó a la nevera y sacó una botella de refresco. Cerró los ojos, intentando acallar el zumbido de sus oídos. Después de un día en el que el ruido había sido su único compañero, aquél silencio repentino la desquiciaba.
Luego echó un vistazo al reloj que había tras la barra con el distintivo de Coca Cola. En diez minutos su novio Guillermo debería llegar para recogerla y llevarla a casa.
Un golpe en la puerta la sobresaltó, justo en el momento en el que se llevaba el cuello de la botella a los labios. El líquido se derramó sobre su camiseta blanca. Era demasiado pronto para que Guillermo estuviera ya allí. Además, su novio siempre solía recogerla por la puerta trasera de la cafetería. Seguramente fuera algún cliente que no se había percatado de que acababa de cerrar.
—Mierda —maldijo, dedicando una fulminante mirada a la puerta de metal—. ¡Está cerrado!
Sara se levantó con gesto de fastidio, dejando sobre la mesa la botella y, con ella, sus esperanzas de descansar un momento.
La puerta era verde, con un pequeño postigo desde el que se podía ver el exterior. La muchacha había expresado más de una vez lo poco que le gustaba. No iba con el local, decorado con cuadros de estrellas de rock, guitarras y con cierto aire americano. Su jefe se empeñaba en no cambiarla. Según él, si la puerta estaba siempre abierta. ¿Qué más daba como fuera?
Pero en aquellos momentos, lo que menos le importaba a Sara era la puerta. Solo quería descansar. Por eso abrió el postigo de mal humor, dispuesta a decirle a quién quiera que hubiera llamado que se fuera. Pero no había nadie. En lugar de una persona, se encontró con la amplia avenida en la que estaba el local. Era de noche, y las luces de las farolas iluminaban una calle completamente vacía. Un coche pasó a toda velocidad por la carretera, pero nada más.
—Capullos —se quejó la joven, convencida de que era víctima de alguna broma de los niños del barrio. Con expresión agotada, se giró para volver a su mesa, con su refresco—. Deberían estar acostados.
De nuevo, la puerta volvió a temblar, esta vez con más fuerza.
—Malditos niñatos —Sara se giró y corrió para abrir de nuevo el postigo, con la esperanza de pillar desprevenidos a los niños.
Sin embargo, no fueron niños lo que vio. El terror se apoderó de ella cuando un rostro desfigurado apareció en el marco de la ventana. Tenía la piel blanquecina y unos aterradores ojos completamente negros. Sus labios oscuros se curvaban en una diabólica sonrisa, plagada de dientes amarillentos terminados en punta.
Sara cayó al suelo, impresionada y sintiendo el corazón golpear su pecho. Su espalda golpeó contra la barra de ladrillo, provocándole un agudo dolor. La puerta comenzó a temblar al ser golpeada desde fuera. Varias abolladuras aparecieron en el metal.
Presa del miedo, Sara se arrastró en el suelo, intentando alejarse lo más posible de allí, pero la puerta cedió y se derrumbó con un estruendo. La criatura penetró entonces en el local. La joven se arrodilló cuando sintió los pasos acercarse a ella. Quiso correr hasta la puerta trasera.
Sin embargo, una garra rodeó su tobillo e impidió su avance. Sara gritó e intentó aferrarse desesperadamente a una silla, que cayó al suelo, cuando el ente tiró de ella. Las manos de la joven agarraron el aire. Logró girarse a duras penas. El monstruo la miró con aquellos ojos que contenían todo el horror del infierno. En un acceso de valentía, se obligó a golpearle. La planta de su zapatilla Nike se estrelló en su rostro y la garra soltó su tobillo.
Sara aprovechó ese pequeño respiro para levantarse y correr hacia la parte trasera del local. Tal vez pudiera escapar por allí. Pero la criatura volvió al ataque, agarrándola del pelo. La joven emitió un grito de dolor y se derrumbó sobre el suelo.
Sintió que le faltaba el aire cuando el monstruo que la atacaba se alzó sobre ella, levantando unos brazos terminados en garras negras. Sara cerró los ojos, aterrada. No sabía qué era aquella criatura, ni por qué quería matarla, pero estaba segura de que cuando esas uñas descendieran, todo habría terminado para ella.
Pero dos disparos resonaron en el local y Sara abrió los ojos a tiempo de ver como el monstruo caía hacia un lado, emitiendo un chillido de dolor. Nada más tocar el suelo, el cuerpo se deshizo en una nube de arena dorada.
—¡Arriba! —le ordenó una voz mientras dos fuertes manos la agarraban de los brazos para ayudarla a incorporarse—. Hay que irse.
—¿Quién eres tú?
El desconocido, un hombre alto, con el cabello oscuro cayendo en cascadas sobre sus hombros, la miró con sus ojos marrones. Luego movió la cabeza para observar la puerta de la cafetería.
En ese momento, otra criatura entró en el local y saltó hacia ellos. El recién llegado alzó su arma una vez más y, con tranquilidad, disparó dos veces. De nuevo, la arena dorada se expandió por el lugar, rodeándoles a ambos, hasta desaparecer poco antes de llegar al suelo.
—Me llamo Víctor Alias —contestó— y no es precisamente un buen momento para hablar.
Tras decir esto, Alias agarró a Sara de la muñeca y la obligó a caminar hacia el fondo de la cafetería. Atravesaron la cocina y, una vez frente a la puerta trasera, la abrió con un rápido movimiento.
—¿Cómo sabías que estaba esta puerta aquí? —quiso saber Sara, que no estaba muy segura de si alegrarse o no de la aparición de aquél extraño hombre.
—Llevo tiempo vigilándote —Víctor tiró de ella para cruzar el callejón en el que se habían internado, con el arma firmemente afianzada en su mano, alerta.
—¿Me espiabas? —Sara se soltó de Alias y retrocedió unos pasos—. ¿Quién demonios eres? ¿Y qué eran esas cosas?
El hombre miró a Sara con expresión de fastidio
—Esas cosas son las que te habrían matado si yo no hubiera estado espiándote estos días. Ahora, si no es mucho pedir, deberíamos irnos —añadió.
—¿Qué hacían esas criaturas en mi cafetería?
—¡Joder! —maldijo Víctor, apuntando a la muchacha con su arma.
Sara cerró los ojos, sobresaltada al escuchar el disparo. Cuando una lluvia de arena dorada cayó sobre ella, comprendió lo que había sucedido.
—¿Quieres seguir hablando? —preguntó Alias, girándose para inspeccionar los alrededores—. ¿O prefieres esperar a que te maten?
La camarera no se lo pensó dos veces y siguió al hombre a través del callejón. Salieron a la avenida principal, completamente vacía a aquellas horas. Víctor paseó la mirada por cada edificio, cada esquina y cada rincón oscuro.
—Parece que estamos solos —confirmó al fin, guardándose el arma tras su chaqueta negra—. Sólo tres. Qué raro.
Luego se volvió para encararse con Sara y en aquél momento, bajo la luz de una farola, la chica vio con más claridad el rostro de su salvador. El cabello largo y negro enmarcaba una cara de bellas facciones pero de expresión derrotada. Sin embargo, la amplia sonrisa de Víctor, cargada de buen humor, otorgaba al hombre cierto aire de misterio.
—Tienes algo que necesito —dijo Víctor de pronto—. Quítate todas las joyas que lleves encima.
Sara dio un paso atrás al escuchar aquellas palabras.
—¿De verdad has montado todo esto para robarme?
—¿Robarte? —repuso Alias con una sonrisa—. No, de eso nada. No quiero robarte. Al menos no como tú piensas —añadió tras meditarlo un momento.
—De todas maneras no tengo ninguna joya encima —replicó ella.
—¿Nada?
—No, así que ya puedes dejarme en paz e irte por dónde has venido.
Víctor se acercó a ella y volvió a sacar el arma.
—Lo siento, pero eso no será posible —replicó apuntando a la chica—. Por favor, haz memoria. Busco algo antiguo. Tal vez un collar, o un anillo.
—No tengo anillos ni nada por el estilo. No me gustan las joyas.
—¿Qué está pasando aquí, Sara? —preguntó de pronto una voz tras ellos.
Alguien se abalanzó sobre Víctor, desviando el arma y provocando que se disparara contra el suelo. Alias se revolvió y golpeó en el rostro al hombre que le había atacado.
—¡Guillermo! —Sara corrió a auxiliar al hombre, que estaba arrodillado en el suelo, apretándose dolorido la nariz—. ¡Estúpido! —gritó, fulminando con la mirada a Víctor—. Es mi novio.
—Lo siento —se disculpó Víctor, levantando las manos para dar a entender que no había querido hacerle daño.
Pero Guillermo, se levantó y, rojo de ira, se volvió a lanzar sobre Alias. Ambos cayeron y forcejearon en el suelo. Se golpearon y rodaron, arrastrando en su camino la suciedad. La pistola salió despedida hasta perderse en la oscuridad.
Entonces, entre golpe y golpe, Víctor vio que una sombra se alzaba tras Sara.
—¡Mierda! —maldijo, intentando quitarse de encima a Guillermo.
Un golpe le hizo callar. Víctor empujó con fuerza para colocarse sobre el otro, pero fue inútil. Realmente era un hombre fuerte. Movió la cabeza para intentar localizar el arma. A un par de metros de ellos vio el brillo metálico de la culata.
—Oye, tu chica está en peligro. Hay que…
El grito de la muchacha resonó entre las paredes del callejón. Guillermo se detuvo y se giro para ver como su novia era arrastrada por el tobillo por una extraña y nauseabunda criatura. La muchacha, intentaba agarrarse a todo lo que tenía a mano sin éxito.
Sin pensarlo un instante, se desentendió de Víctor y corrió para rescatar a la chica.
—¡No! —gritó Víctor, girándose para arrastrarse hasta la pistola.
Un nuevo grito de Sara obligo a Víctor a girarse con el arma fuertemente aferrada entre las manos. Allí, en el suelo, vio como la criatura asestaba un letal zarpazo a Guillermo en el pecho.
Dos disparos mataron al monstruo y la lluvia de arena dorada cayó sobre la muchacha, que se acercó llorando a su amado. El cuerpo de Guillermo yacía inmóvil sobre el pavimento. Un río de sangre caía de su camiseta para acabar derramándose sobre el suelo.
—Guille, no, por favor —susurraba—. No te vayas.
Pero él no contestó. Su mirada vidriosa, sin vida, se clavaba en los ojos de Sara, que agitaba su cuerpo, esperanzada en encontrar un halito de energía en él. Pero la vida se le había escapado.
—Lo siento —Víctor se acercó a ella y posó una mano en su hombro—. No pude prever…
—¡Maldito desgraciado! —explotó Sara, librándose de un movimiento del apretón de Alias—. ¡Ha sido por tu culpa! ¡Tú lo has matado!
Cuando ella intentó golpear a Víctor, este agarró las muñecas de la muchacha y la detuvo. Luego, de un rápido movimiento la obligó a girarse para inmovilizarla.
—Sé lo que debes estar sintiendo y te comprendo —dijo, intentando imprimir dulzura a su voz—. Te prometo que podrás llorar su pérdida. Pero no hoy. No ahora. No querrás estar aquí dentro de un rato.
—¡Guillermo! —gritó de pronto Sara, con la voz poseída por la esperanza—. ¡Estás vivo!
Sorprendido, Víctor soltó las muñecas de la muchacha y miró al hombre, que acababa de abrir los ojos y los clavaba con amor en su novia. Alias sacudió la cabeza desconcertado. Era imposible, él había visto cómo la criatura le arrancaba la piel del pecho. No podía estar vivo.
La respuesta llegó en el momento en el que Guillermo se arrojó sobre Sara al mismo tiempo que sus ojos se volvían completamente blancos. La muchacha, convencida de que su amado le iba a dar un abrazo, se inclinó hacia delante. El terrorífico grito que surgió de la garganta de Guillermo sobresaltó a la joven, que vio como las manos de su novio se abalanzaban sobre su cuello. Pero Víctor llegó a tiempo, agarrándola de un hombro y empujándola hacia atrás. Los brazos de Guillermo se cerraron en el aire y, con una agilidad sobrenatural, se arrastró en el suelo, hasta alejarse unos metros
—¿Qué le ha pasado? —quiso saber Sara, sin apartar la mirada del hombre. Su cara estaba salpicada de gruesas lágrimas.
—Ya no es Guillermo —contestó Víctor, sacando su móvil del bolsillo.
Mientras Guillermo se levantaba, Alias le hizo varias fotos y luego, volvió a guardarlo. El cañón de su arma apuntó directamente al pecho.
Sara parecía estar de acuerdo con Víctor.
—Y si no es él ¿qué es?
—No lo sé, pero tenemos que irnos. ¡Ya!
Los ojos de Guillermo tornaron blancos y dio un salto que ningún ser humano podría haber dado nunca. Su cuerpo se elevó varios metros en el aire, pero Víctor descargó varios proyectiles en su pecho y lo hizo caer de nuevo al suelo.
Sin esperar un instante más, las dos figuras se giraron y corrieron para perderse en las calles. En el callejón, el cuerpo que había sido de Guillermo se levantó con facilidad. Tres balas cayeron al suelo, cuando las heridas de su pecho se cerraron instantáneamente y las expulsaron al exterior.
Luego, sus ojos blancos se clavaron en el callejón por el que se habían perdido Víctor y Sara.


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